El Mortero N° 33 - DEBATE
La necesidad del reagrupamiento del activismo clasista y antiburocrático
La necesidad del reagrupamiento del activismo clasista y antiburocrático
Desde El Mortero abrimos nuestras páginas para dar un nuevo impulso a un debate pendiente para los sectores clasistas y antiburocráticos del movimiento obrero. En esta primera entrega, centramos el debate en relación con la situación política actual y con las perspectivas y tareas que se nos presentan.Para ello, entrevistamos a Gustavo Teres, Secretario Adjunto de la CTA Rosario; a Cecilia Gallinger, integrante del ESB-El Mortero y a Nano del Valle, integrante del periódico de trabajadores El Roble.
Gustavo Teres
*Delegado Seccional Amsafe Rosario
*Secretario Adjunto CTA Rosario
¿Cómo analizás la actual situación política?
El desenlace electoral y la crisis mundial, con fuerte impacto en nuestro país, produjo un fuerte debilitamiento del gobierno nacional. El PJ intentará recostarse y fortalecer alianzas hacia la derecha. El Frente Cívico también marca esa tendencia, y junto a las corporaciones que se sientan en la mesa de diálogo, coinciden todos con un objetivo, que es garantizar la gobernabilidad, entendida ésta como una forma de que los grupos de poder aseguren sus intereses de clase. Las patronales y el gobierno aspiran a tener controlado el “conflicto social", y de hecho, quieren convertir a los trabajadores y al movimiento popular en los grandes derrotados de esta etapa. Transitamos una etapa donde el movimiento político y social, deberá construir una fuerte respuesta que apunte hacia un nuevo proceso constituyente.
¿Cuáles son las perspectivas y tareas para los sectores antiburocráticos y clasistas y cómo ves el proceso de unidad de nuestra clase?
Pensar las perspectivas nos obliga a mirar críticamente nuestro pasado. Balancear las experiencias del MIC, la irrupción de los SUTEBAS antiburocráticos, las experiencias del subte, las fábricas recuperadas, el Garraghan. Cada una tuvo un desarrollo desigual, y hoy, como experiencias globalizadoras, han perdido fuerza. Es necesario seguir reflexionando y accionando desde una perspectiva que fortalezca las corrientes sindicales democráticas, asamblearias, antiburocráticas, que impulsen la movilización social, y de un sindicalismo socio-político que politice la crisis y que sea menos economicista. Estas experiencias, son una vertiente imprescindible para lograr una articulación y un fuerte proyecto popular, donde las luchas y movilizaciones, estén al servicio de construcciones emancipadoras, anti-imperialistas, con horizonte socialista, que nos acerquen a las experiencias latinoamericanas. La unidad es uno de los planos mas atrasados del movimiento popular. En nuestra región, rescatamos las experiencias de unidad de acción y en la lucha que se manifestaron en cada uno de los conflictos (Male, Paraná Metal, Cotar, Prensa, etc.), como así también las jornadas de protesta y paros de la CTA, o un primero de mayo masivo y unitario, donde el centro de gravedad estuvo en los sectores obreros que luchaban. A los plenarios de delegados en Rosario y Villa Constitución, si bien fueron importantes, no hemos logrado darle continuidad.
Nosotros sostenemos que todavía estamos lejos de la unidad orgánica, ya millones de trabajadores carecen de la más mínima organización, y solo el 12% de los establecimientos tienen delegados y comisiones internas, por lo cual el desafío de fortalecer a nuestra clase pasa por organizar cada vez más contingentes de laburantes. En esta última etapa, la CTA ha recuperado en la calle, parte de su autonomía hipotecada por un sector del oficialismo. Poco podemos esperar de una CGT, cuya dirección sigue discutiendo la caja y los espacios de poder a espaldas y muy ajena a la crisis que atraviesan vastos sectores de trabajadores, que ven peligrar su fuente de trabajo como la industria del automovil, metalúrgicos, lácteos, etc. Los movimientos territoriales también deberán recuperar iniciativa, algunos alejándose del gobierno, otros alejándose de la mesa de enlace. Todos juntos en un programa unitario que ponga en el centro la lucha contra los despidos, la defensa de salario, la asignación universal de $300 por hijo, por un seguro de desempleo, por la defensa y nacionalización de los recursos naturales, la desactivación de los tarifazos, más políticas públicas de viviendas populares, y levantando el no pago de la deuda externa.
Esta es la responsabilidad del movimiento popular para instalar estos ejes distributivos. Para influir en la disputa de este programa, será necesario construir la unidad del campo popular y unificar la base social de la CTA, en primer lugar, y del movimiento obrero en su conjunto, y disputar, en los espacios públicos y en la calle, una estrategia sindical al servicio de los trabajadores. Desde la CTA deberemos estar a la altura de dicho desafío.
El desenlace electoral y la crisis mundial, con fuerte impacto en nuestro país, produjo un fuerte debilitamiento del gobierno nacional. El PJ intentará recostarse y fortalecer alianzas hacia la derecha. El Frente Cívico también marca esa tendencia, y junto a las corporaciones que se sientan en la mesa de diálogo, coinciden todos con un objetivo, que es garantizar la gobernabilidad, entendida ésta como una forma de que los grupos de poder aseguren sus intereses de clase. Las patronales y el gobierno aspiran a tener controlado el “conflicto social", y de hecho, quieren convertir a los trabajadores y al movimiento popular en los grandes derrotados de esta etapa. Transitamos una etapa donde el movimiento político y social, deberá construir una fuerte respuesta que apunte hacia un nuevo proceso constituyente.
¿Cuáles son las perspectivas y tareas para los sectores antiburocráticos y clasistas y cómo ves el proceso de unidad de nuestra clase?
Pensar las perspectivas nos obliga a mirar críticamente nuestro pasado. Balancear las experiencias del MIC, la irrupción de los SUTEBAS antiburocráticos, las experiencias del subte, las fábricas recuperadas, el Garraghan. Cada una tuvo un desarrollo desigual, y hoy, como experiencias globalizadoras, han perdido fuerza. Es necesario seguir reflexionando y accionando desde una perspectiva que fortalezca las corrientes sindicales democráticas, asamblearias, antiburocráticas, que impulsen la movilización social, y de un sindicalismo socio-político que politice la crisis y que sea menos economicista. Estas experiencias, son una vertiente imprescindible para lograr una articulación y un fuerte proyecto popular, donde las luchas y movilizaciones, estén al servicio de construcciones emancipadoras, anti-imperialistas, con horizonte socialista, que nos acerquen a las experiencias latinoamericanas. La unidad es uno de los planos mas atrasados del movimiento popular. En nuestra región, rescatamos las experiencias de unidad de acción y en la lucha que se manifestaron en cada uno de los conflictos (Male, Paraná Metal, Cotar, Prensa, etc.), como así también las jornadas de protesta y paros de la CTA, o un primero de mayo masivo y unitario, donde el centro de gravedad estuvo en los sectores obreros que luchaban. A los plenarios de delegados en Rosario y Villa Constitución, si bien fueron importantes, no hemos logrado darle continuidad.
Nosotros sostenemos que todavía estamos lejos de la unidad orgánica, ya millones de trabajadores carecen de la más mínima organización, y solo el 12% de los establecimientos tienen delegados y comisiones internas, por lo cual el desafío de fortalecer a nuestra clase pasa por organizar cada vez más contingentes de laburantes. En esta última etapa, la CTA ha recuperado en la calle, parte de su autonomía hipotecada por un sector del oficialismo. Poco podemos esperar de una CGT, cuya dirección sigue discutiendo la caja y los espacios de poder a espaldas y muy ajena a la crisis que atraviesan vastos sectores de trabajadores, que ven peligrar su fuente de trabajo como la industria del automovil, metalúrgicos, lácteos, etc. Los movimientos territoriales también deberán recuperar iniciativa, algunos alejándose del gobierno, otros alejándose de la mesa de enlace. Todos juntos en un programa unitario que ponga en el centro la lucha contra los despidos, la defensa de salario, la asignación universal de $300 por hijo, por un seguro de desempleo, por la defensa y nacionalización de los recursos naturales, la desactivación de los tarifazos, más políticas públicas de viviendas populares, y levantando el no pago de la deuda externa.
Esta es la responsabilidad del movimiento popular para instalar estos ejes distributivos. Para influir en la disputa de este programa, será necesario construir la unidad del campo popular y unificar la base social de la CTA, en primer lugar, y del movimiento obrero en su conjunto, y disputar, en los espacios públicos y en la calle, una estrategia sindical al servicio de los trabajadores. Desde la CTA deberemos estar a la altura de dicho desafío.
Cecilia Gallinger
*Integrante del Encuentro Sindical de Base (ESB)- El Mortero
*Ex- Secretaria de Organización del SUTEBA Lomas de Zamora.
¿Cómo analizás la actual situación política?
La crisis económica sin duda ha sido la que ha determinado los elementos principales que han emergido en este último tiempo. Sin duda, desde hace varios meses lo que se viene dando cotidianamente son las suspensiones, los despidos, los cierre de fábricas, tarifazos, congelamiento del salario, aumento del costo de vida, etc., que viene siendo la forma en que las patronales y el gobierno buscan superar la crisis, es decir que los platos rotos los paguemos los trabajadores y el pueblo.
Luego de las elecciones legislativas con el debilitamiento del gobierno kirchnerista se empieza a vislumbrar el programa de consenso al que llegarían las patronales (agrarias e industriales) y las expresiones políticas que los representan. Así por ejemplo comienzan a plantear la devaluación, achicar el gasto público, mantener los salarios a niveles bajísimos, e incluso la “clásica receta” de endeudamiento con el FMI. Toda una batería de medidas que aumentarán los niveles de explotación, pobreza y marginalidad.
Las cúpulas sindicales, aunque con matices, no han desarrollado una política clara y contundente que frene esta embestida.
De nuestra parte nos encontramos en una situación general de defensiva, el pueblo trabajador aún no ha logrado acumular la fuerza necesaria para revertir esta tendencia. Es cierto que se han dado procesos de organización y lucha por parte de distintos sectores de trabajadores, incluso pequeñas victorias que nos muestran la posibilidad de frenar la avanzada patronal. Pero estas experiencias no pueden aún generalizarse al conjunto, se mantienen en márgenes estrechos y limitados. La conquista de estas experiencias deben poder transformarse en palanca para el conjunto de nuestra clase y para ello se hace imprescindible extraer la enseñanzas que cada una nos deja, sin caer en mecanicismos ni recetas; rodearlas de solidaridad y promover la coordinación y unidad.
La crisis económica sin duda ha sido la que ha determinado los elementos principales que han emergido en este último tiempo. Sin duda, desde hace varios meses lo que se viene dando cotidianamente son las suspensiones, los despidos, los cierre de fábricas, tarifazos, congelamiento del salario, aumento del costo de vida, etc., que viene siendo la forma en que las patronales y el gobierno buscan superar la crisis, es decir que los platos rotos los paguemos los trabajadores y el pueblo.
Luego de las elecciones legislativas con el debilitamiento del gobierno kirchnerista se empieza a vislumbrar el programa de consenso al que llegarían las patronales (agrarias e industriales) y las expresiones políticas que los representan. Así por ejemplo comienzan a plantear la devaluación, achicar el gasto público, mantener los salarios a niveles bajísimos, e incluso la “clásica receta” de endeudamiento con el FMI. Toda una batería de medidas que aumentarán los niveles de explotación, pobreza y marginalidad.
Las cúpulas sindicales, aunque con matices, no han desarrollado una política clara y contundente que frene esta embestida.
De nuestra parte nos encontramos en una situación general de defensiva, el pueblo trabajador aún no ha logrado acumular la fuerza necesaria para revertir esta tendencia. Es cierto que se han dado procesos de organización y lucha por parte de distintos sectores de trabajadores, incluso pequeñas victorias que nos muestran la posibilidad de frenar la avanzada patronal. Pero estas experiencias no pueden aún generalizarse al conjunto, se mantienen en márgenes estrechos y limitados. La conquista de estas experiencias deben poder transformarse en palanca para el conjunto de nuestra clase y para ello se hace imprescindible extraer la enseñanzas que cada una nos deja, sin caer en mecanicismos ni recetas; rodearlas de solidaridad y promover la coordinación y unidad.
¿Cuáles son las perspectivas y tareas para los sectores antiburocráticos y clasistas?
Nosotros entendemos la importancia que tienen las experiencias cotidianas de organización de base, en cada lugar de trabajo. Es en cada fábrica, escuela, hospital, oficina etc, donde los trabajadores nos encontramos cara a cara con la avanzada de las patronales y el gobierno. Toda experiencia por la defensa de nuestros derechos e intereses debe servir de aliciente para avanzar en nuevas conquistas. En este sentido entendemos que los sectores clasistas debemos promover cotidianamente esta perspectiva favoreciendo la autoorganización. Principalmente buscando llegar a sectores industriales donde esta realidad se hace más complejo.
Por otro lado estamos convencidos de la necesidad de reagrupar a los sectores antiburocráticos y clasistas, revertir la tendencia a la fragmentación que se viene dando. Somos concientes que es una de las tareas más difíciles de lograr, por distintos motivos, de donde se parte, la acumulación que tenemos, las experiencias compartidas, etc. Pero no por ello debemos pensar que se puede esperar. Hay que crear todas las condiciones que nos permitan avanzar en la coordinación y unidad de una alternativa clasista para el conjunto de los trabajadores. Desde el Encuentro Sindical de Base hacemos propia esta necesidad y de acuerdo a nuestras fuerzas ponemos todo nuestro empeño y voluntad política de avanzar en este sentido.
Nosotros entendemos la importancia que tienen las experiencias cotidianas de organización de base, en cada lugar de trabajo. Es en cada fábrica, escuela, hospital, oficina etc, donde los trabajadores nos encontramos cara a cara con la avanzada de las patronales y el gobierno. Toda experiencia por la defensa de nuestros derechos e intereses debe servir de aliciente para avanzar en nuevas conquistas. En este sentido entendemos que los sectores clasistas debemos promover cotidianamente esta perspectiva favoreciendo la autoorganización. Principalmente buscando llegar a sectores industriales donde esta realidad se hace más complejo.
Por otro lado estamos convencidos de la necesidad de reagrupar a los sectores antiburocráticos y clasistas, revertir la tendencia a la fragmentación que se viene dando. Somos concientes que es una de las tareas más difíciles de lograr, por distintos motivos, de donde se parte, la acumulación que tenemos, las experiencias compartidas, etc. Pero no por ello debemos pensar que se puede esperar. Hay que crear todas las condiciones que nos permitan avanzar en la coordinación y unidad de una alternativa clasista para el conjunto de los trabajadores. Desde el Encuentro Sindical de Base hacemos propia esta necesidad y de acuerdo a nuestras fuerzas ponemos todo nuestro empeño y voluntad política de avanzar en este sentido.
Nano del Valle
*Integrante del Periódico de trabajadores El Roble
¿Cómo analizás la actual situación política?
Con gusto, pero aún no distenso de las dos jornadas vividas con los compañeros de Zanon en Neuquén, donde lograron la expropiación y que se les entregue la fábrica a la cooperativa, me dispongo a contestar con cierta ligereza las dos preguntas que me hacen los compañeros de El Mortero.Me parece que la situación es muy inestable, especialmente si uno sabe escuchar las preocupaciones de la burguesía, los que ganaron y los que perdieron, ambos están muy preocupados por la gobernabilidad.Y creo que no son sólo suposiciones que los llevan a este temor central, sino la experiencia vivida en el 2001-2002. Pero además, sabiendo que en esta oportunidad, si bien ellos han hecho experiencia y supieron cómo recomponerla, nosotros los trabajadores también la hemos hecho y puede suceder que esta vez el “que se vayan todos” pueda ser más profundo.Digo esto porque en aquella oportunidad la clase obrera como clase, organizadamente, no participó. En esta vez, a pesar de las dificultades que aun tenemos para desarrollar las luchas y coordinarlas, ya ha empezado a crecer cierta conciencia y pequeños grupos dentro del proletariado empiezan a mirar más alto que el propio reducto sindical.Esa es mi opinión, especialmente luego del golpazo que recibieron todos con el resultado electoral: derecha, menos derecha, e izquierda, solo se salvan un poquito ciertos sectores de la socialdemocracia, tipo Pino o Sabatella. Pero en la situación de crisis general no tienen perspectivas, para ir a fondo de esos programas. Eso no se hace con la pequeña burguesía.Y si miramos de conjunto, bastante más del 30% no hizo voto positivo. Son las elecciones de menos votación desde la debacle.
¿Cuáles son las perspectivas para los sectores antiburocráticos y clasistas?
En cuanto a cuáles serían las tareas más importante entre el movimiento obrero, para decirlo mejor, cuál es la tarea más importante de los que nos decimos clasistas y en algunos casos hasta revolucionarios, me parece que es el acompañar a ese sector de la clase nuevo y joven, pero ya obrero con algunos años, que suman casi 3 millones, a hacer su propia experiencia en la lucha de clases y ayudar a que saque conclusiones con su propia cabeza par ir avanzando en la conciencia.Creo que no hay tarea más importante que ella y hacia allí hay que trazar una política, discutiendo con cada joven que esté militando, que se meta en las empresas a ser obrero de verdad, no sólo en su militancia. Algunos partidos de izquierda esto lo orientan bien, pero al no tener totalmente claro que esas empresas son las ciudadelas del capital, luego los estrellan y se termina con el trabajo que se hizo durante un tiempo.El cómo hacerlo es una discusión que nos debemos entre todos, lo que sí sé, es que como hasta ahora lo hicimos no sirve demasiado: Dana, Casino, Mafissa y tantas más que se estrellaron; y no le podemos echar la culpa al enemigo de clase, a esos es a los que hay que vencer y no sacar como conclusión que nos golpearon porque tenían de su lado a la Policía, al Ministerio, a la burocracia, a la Justicia. No hay trabajo más importante para mí que volcar todas las fuerzas en esa orientación, hacia el nuevo proletariado, especialmente el industrial, y tener una política de cuadros allí.
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