EDITORIAL - Septiembre 2009
Construir desde abajo una Corriente Sindical Antiburocrática y Clasista
Las elecciones han terminado hace tiempo, pero el mensaje que nos dejan es que esto recién empieza. Si bien al interior del ESB hubo distintas posiciones en torno a la perspectiva y opciones de intervención diversas, tanto como expectativas en relación a ciertos resultados, en lo que coinciden todos nuestros análisis es en la ausencia de una alternativa de clase, que represente los intereses de los trabajadores y las trabajadoras.
Luego de su derrota electoral, el gobierno comprendió que debía mover algunas piezas, de cara a una oposición por derecha que hace insinuaciones, como si quisiera patear el tablero.
Cambios de ministros, supuestas reformas en el INDEC, una nueva convocatoria al “diálogo” con otras fuerzas políticas y, por supuesto, no podía faltar el llamado a la negociación con la burocracia sindical y la patronal, a través del Consejo Económico y Social, para ver cómo calmar a las fieras.
Varios intereses, un solo puño
Hace ya algunas semanas que se observa en los medios de comunicación la presión que están ejerciendo sobre el gobierno tanto el sector agropecuario como el de la industria. Como anticipábamos en El Mortero del mes de mayo “Todos los sectores de empresarios están pujando para ver quién se queda con la parte del león de las ganancias, tanto los del campo como los de la industria y las privatizadas.”
Ambos sectores acuerdan en la necesidad de reducir el gasto público. Los primeros para que sea viable una baja en las retenciones y los segundos para poder pagar menos impuestos.
Tanto la UIA como la mesa de enlace hablan de la devaluación de la moneda. Los primeros para poder competir con los productos extranjeros en nuestro país y poder exportar con un precio más competitivo. Los segundos para ganar más plata en pesos sin tocar las retenciones.
La jugada de las privatizadas no es necesaria explicarla ya que en las facturas de los servicios quedan bastante claras.
Los que pagamos las cuentas somos nosotros
Los patrones quieren aumentar su productividad, como siempre ha ocurrido y ocurrirá. Esto se ve claramente en el irrisorio aumento del salario mínimo acordado con el gobierno (actualmente en $1.240) que llegará a aumentar en $260 recién para el 2010 (cuando llegaría a $1.500).
A su vez, si avanzan con la devaluación del peso, esto significaría automáticamente una caída en nuestro poder adquisitivo. Es decir que nos aumentan una miseria pero el costo de vida puede aumentar seriamente.
Para enfrentar estos ataques, los trabajadores necesitamos avanzar en organización independiente, luchando por nuestros derechos, salarios y niveles de vida a la vez que desplazamos a los dirigentes burocráticos de nuestros sindicatos.
Desde el ESB consideramos que para esto es necesaria la más amplia unidad de las fuerzas clasistas en una corriente sindical antiburocrática y clasista abierta a todo trabajador o grupo de trabajadores honestos.
Una corriente que potencie la organización que construimos en cada fábrica, escuela, hospital, oficina, etc.
Una corriente que nos permita ser más fuertes para enfrentar la avanzada de las patronales y el gobierno.
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