El martes 28 de febrero las y los trabajadores de la educación mendocinos sostuvieron un paro de 24 horas considerado histórico no sólo por el altísimo nivel de acatamiento que alcanzó, el 95% en toda la provincia, si no también porque fue una medida de lucha construida, organizada y defendida desde las bases. La gran movilización compuesta por más de 7.000 docentes, preceptores/as y celadores/as marchó la mañana del martes por las calles mendocinas reivindicando salario igual a la canasta familiar y mejora en las condiciones de trabajo “porque es lo que se necesita para vivir dignamente y enseñar mejor”.
Los docentes provenientes de todas las localidades de la provincia portaban gran cantidad de carteles con el rostro de Carlos Fuentealba y pancartas que insistían en la necesidad de un salario digno y en la defensa de la escuela pública. Su reclamo fue bien recibido por quienes observaban su paso y contó con el apoyo de transeúntes, automovilistas y colectiveros que expresaban su solidaridad con bocinazos y aplausos. También los acompañaron los sindicatos SITEA y Judiciales.
Este plan de lucha fue decidido en un plenario provincial realizado el 24 de febrero en el cual se rechazó la propuesta del gobierno de un salario inicial de $ 2.870 en medio de un clima de fuerte cuestionamiento de las y los delegados hacia la actual conducción del SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación), que venía militando la propuesta como “conveniente” y buscó restringir la participación masiva de las y los afiliados en el debate del plenario.
La mayoría de las y los trabajadores de la educación manifestaron en la marcha su rechazo al servilismo de una conducción del SUTE “amiga del gobierno” señalando que consideraban que a Javier Guevara, secretario general, “no le había quedado otra que ponerse a la cabeza de la lucha”. De hecho, en el acto frente a la Casa de Gobierno, Guevara dio su discurso entre silbidos y abucheos, y se retiró precipitadamente del acto.
Luego de ello, gran parte de la movilización se trasladó hacia la explanada donde se llevó adelante una asamblea de “Autoconvocados” en la que se resolvió volver a las escuelas para discutir la continuidad del plan de lucha y exigir un plenario a la conducción.
Al día siguiente, las delegadas y delegados autoconvocados se reunieron en asamblea frente al sindicato y decidieron sumarse
Muchos delegados y delegadas sostienen que la jornada de lucha del 28 de febrero, que consideraron histórica, expresa, por un lado, el hartazgo de las y los trabajadores de la educación a causa de años de postergación salarial y condiciones laborales que arruinan su salud y destruyen la educación del pueblo; y por otro lado, refleja el resultado de una organización desde las bases que se viene gestando desde fines del año pasado frente al abandono sistemático hacia los/las compañeros/as por parte de la conducción. Laura Almirón, delegada de una escuela de la localidad de Maipú y militante de la Lista Marrón está convencida de que es necesario levantar la consigna de la “afiliación masiva” ya que con una gran participación de las y los trabajadores de la educación “nuestro sindicato puede convertirse en una verdadera herramienta de lucha”. “Somos los que le ponemos el cuerpo a la educación todos los días los que tenemos que ganar esta pelea”.
(Al cierre de esta nota, el espacio de “Autoconvocados” llama a rechazar la nueva propuesta salarial hecha por el gobierno provincial, por ser igual que la anterior y adherirse al paro nacional de CTERA haciendo un Acto de Desagravio frente a la legislatura provincial)
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