miércoles, 28 de marzo de 2012

A cinco años del fusilamiento de Fuentealba

A cinco años del fusilamiento público de Carlos Fuentealba, continuamos exigiendo justicia completa.


El 4 de abril de 2007 en Arroyito, provincia de Neuquén, durante una movilización docente fue fusilado por la policía provincial Carlos Fuentealba. A partir de la larga lucha llevada a cabo por su compañera de vida, Sandra Rodríguez, por los docentes y por el pueblo neuquino se logró que en la denominada Causa Fuentealba I, el autor material del asesinato, el cabo Darío Poblete fuera procesado y condenado a cadena perpetua. Cinco años más tarde los responsables políticos y autores intelectuales siguen impunes gracias a la complicidad de la justicia y el poder político de la región. La Causa Fuentealba II es la instancia judicial en donde se intenta investigar las responsabilidades políticas que hubo en el asesinato de Carlos. Esta causa apunta a investigar y acusar Jorge Omar Sobisch, gobernador de Neuquén en ese entonces y una de las cabezas del Movimiento Popular Neuquino, partido que gobierna la provincia desde 1962. La importancia de esta instancia radica en la posibilidad de lograr lo que llamamos Justicia Completa: es decir, que además de ser declarado culpable el autor material, se condene también a los autores intelectuales del asesinato. Este hecho es de enorme relevancia, ya que permite sentar precedente jurídico para otras causas importantísimas como son las de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Desde su comienzo, la Causa Fuentealba II se encuentra trabada por el andamiaje judicial organizado por la alianza histórica entre el poder judicial y el Movimiento Popular Neuquino, que mantiene la impunidad de los privilegiados en la provincia.

A cinco años del asesinato del docente Carlos Fuentealba, no podemos ignorar que ciertas estructuras represivas continúan vigentes a través de la represión policial y patotas parapoliciales. Desde la Co.Ca.Pre Buenos Aires creemos que actualmente se están ejecutando políticas de estado basadas en la tercerización de la represión mediante el accionar directo de policías provinciales y agentes parapoliciales. Este accionar tiene el objetivo de reprimir y criminalizar a organizaciones populares. Son ejemplos de estas políticas el asesinato de Mariano Ferreyra, ejecutado por una patota sindical y con complicidad de la Policía Federal; y la reciente represión a los pobladores catamarqueños durante la protesta contra la megaminería. No podemos olvidar que actualmente la represión y el patoterismo están amparados bajo la Ley Antiterrorista, ideada por el actual gobierno nacional y "aconsejada" por organismos internacionales y el gobierno norteamericano. Esta ley no es una novedad sino que tiene origen en el 2007, año del asesinato de Carlos.


En este contexto represivo, desde la Co.Ca.Pre Buenos Aires consideramos que el asesinato de Fuentealba no es un hecho aislado. Desde la hipótesis de la querella y de las organizaciones que acompañamos el reclamo de justicia completa, ese 4 de abril del 2007 hubo un operativo policial planificado desde las altas jerarquías políticas y policiales para salir a matar durante la represión. En estos casi cinco años no hemos podido saber por qué ese día los policías actuaron con la saña con que lo hicieron, por qué se concentraron inéditamente todos los grupos especiales de la policía en Arroyito, por qué reprimieron durante dos horas aproximadamente en un radio de 5 Km., por qué hubo tres oleadas represivas cuando no se concretó ningún corte de ruta y los manifestantes comenzaron a retirarse apenas comenzada la represión y por qué se realiza una formación que le permite a Poblete ubicarse en posición de tiro, ante la mirada cómplice de sus colegas represores. Lo que sí sabemos es que la policía tiene una organización vertical que cumple órdenes de las autoridades cuyo máximo referente en ese entonces era el gobernador Sobisch.

Fuentealba, como muchos docentes, trabajaba mañana, tarde y noche en siete escuelas diferentes para poder subsistir. Muchas más horas que las anunciadas por cadena nacional hace unas semanas. Carlos era un militante de la educación que luchaba junto a sus pares por una educación pública digna. Eso no es menor en este contexto, donde los docentes nos encontramos con políticas educativas privatistas que deterioran cada vez más la educación pública como son, por ejemplo, los cierres de cursos en la Ciudad de Buenos Aires o el creciente subsidio a la educación privada. Carlos fue asesinado durante una protesta docente, y parece que en vez de revertirse las formas, los gobernantes las toman como hábitos. El año pasado los docentes no solo fueron reprimidos durante las protestas desarrolladas en Santa Cruz, sino que también las patotas macristas lo hicieron durante la lucha por el estatuto en Capital Federal. Alertamos que tanto en estas situaciones, así como también en el 2007 durante la lucha en la que fue asesinado Carlos, las centrales sindicales docentes nacionales tendieron a fragmentar los conflictos, lo que no aportó a visualizarlos ni a combatir la impunidad de las fuerzas represivas.

Desde la Co.Ca.Pre Buenos Aires, consideramos que Carlos Fuentealba es un ejemplo de docente a seguir, un docente comprometido con la transformación de la realidad de sus compañeros, de sus alumnos y de su pueblo. Luchar por la justicia completa es luchar contra la impunidad, por una educación pública para todos. Es continuar la lucha por la que Carlos fue asesinado aquel 4 de abril. Para esto debemos salir a la calle, en un marco amplio con todas las organizaciones, a exigir con más fuerza que nunca que se investiguen a los máximos responsables del crimen, especialmente a Sobisch, al jefe de la policía neuquina y los responsables del operativo, y a denunciar la impunidad del poder judicial neuquino.

¡La justicia que no es completa, no es justicia: cárcel para Sobisch y para los policías responsables del operativo! ¡Carlos Fuentealba presente, ahora y siempre!

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